El silencio

¡Hola! 

No sé a vosotros, pero cuando yo era pequeña todo el tiempo teníamos que estar en silencio. Quizás queríamos comentar algo porque nos había recordado a un familiar, a algo que nos había pasado o simplemente nos había hecho gracia. Pero no. Teníamos que estar sin pronunciar palabra porque nos quedaríamos sin patio, saldríamos más tarde o nos pondrían copias.

Por eso cuando decidí ser maestra me propuse todo lo contrario, ¡me encantan las clases ruidosas! significa que se divierten y que les gusta el tema. Pero por supuesto todo tiene un límite, hay que saber cuando estar en silencio, por ejemplo cuando un compañero está leyenda, cuando estamos explicando algo...

¡Así que utilizo esta maravilla divina! Es prestada, así que me quiero comprar uno sí o sí :)


Cuando toco el timbre, levantamos la mano con la señal de "conejito" y nos quedamos en silencio. De esta forma cuando están todos trabajando y hablando entre ellos pueden escucharme sin la necesidad de estar gritando.

Además, incluimos este ruidómetro casero con nuestro amigo el Señor Conejito. Como decía, me encanta que hablen, pero a veces a un límite en que según uno de mis peques "al Señor Conejito le duelen las orejas, porque él escucha mucho más que nosotros".
Y con esta frase se me ocurrió hacer el ruidómetro con nuestro querido Conejito, así ellos mismos empiezan a regularse y se dan cuenta. 

¡Os animo a que lo intentéis!


#pequeteacher

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